16-11-2017 | Luis Enrique Bandera, nuevo presidente de FIDES, vicepresidente y gerente general de GENERAL DE SEGUROS - Panamá.

 

Luis Enrique Bandera, nuevo presidente de FIDES, vicepresidente y gerente general de GENERAL DE SEGUROS (Panamá)

“Es necesario profundizar en la transparencia de los mercados”



Con satisfacción personal, gran responsabilidad y, sobre todo, como un sueño cumplido de joven cuando empezó en el mundo asegurador, así recoge el testigo el nuevo presidente de FIES, Luis Enrique Bandera, vicepresidente y gerente general de GENERAL DE SEGUROS (Panamá).

REDACCIÓN BDS FIDES, 16 NOVIEMBRE 2017

Como reconoce en esta entrevista exclusiva, “cuando comencé a trabajar en este campo asegurador, en MUNICH RE, mi sueño como joven ejecutivo era que me llevaran a un FIDES, así que se imaginará la alegría de poder presidirlo unos años después”. Bandera tiene ya claros algunos de los objetivos de su mandato, entre ellos “profundizar en la transparencia de los mercados”, partiendo de la base de que “incrementar los niveles de penetración del seguro en la región es uno de los grandes retos y oportunidades que tenemos de cara al futuro”.
 

Recoge el testigo como nuevo presidente de FIDES ¿Cómo ha recibido la noticia y qué supone para usted optar a este cargo?

Con gran satisfacción personal. Fui postulado por nuestra asociación en Panamá (APADEA) y ganamos la elección, lo cual constituyó un gran logro para nuestro país, nuestra empresa y por supuesto para mi persona. De igual forma, lo vemos como una gran responsabilidad por llevar la representación regional de forma unánime.

Cuando comencé a trabajar en este campo asegurador, en MUNICH RE, mi sueño como joven ejecutivo era que me llevaran a un FIDES, así que se imaginará la alegría de poder presidirlo unos años después.
 

¿Qué objetivos y retos tiene contemplados a corto plazo en su agenda presidencial?

A corto plazo, continuar con la excelente labor desarrollada por mi predecesora en pro de la industria. Adicionalmente, incrementar los niveles de penetración del seguro en la región, lo que sigue siendo uno de los grandes retos y oportunidades que tenemos de cara al futuro.

 
¿Qué principales medidas quiere impulsar desde FIDES durante estos dos años?

Considero que, en adición a lo mencionado en el punto anterior, hemos alcanzado el momento en la región donde es necesario profundizar la transparencia de los mercados. Hemos avanzado mucho en todos nuestros países en los otros dos pilares en los que se sustenta la supervisión, pero nos falta mucho en lo relativo a la transparencia.

Adicionalmente, resulta imprescindible mantenerse a la vanguardia del cambio tecnológico y cómo está impactando nuestra industria, pero sobre todo cómo la impactará a corto plazo. Pretendo hacer mucho énfasis en estos temas.

 
Cuando comencé a trabajar en Seguros mi sueño era que me llevaran a un FIDES, imaginará la alegría de poder presidirlo

 
¿Qué supone para Panamá? ¿Qué oportunidades dará la Presidencia de FIDES  al país y qué puede ofrecer éste al resto de la región?

Para Panamá representa una magnífica oportunidad de posicionarse en el mercado internacional, con las ventajas que siempre ha tenido de ser una economía abierta y dolarizada, con productos siempre a la vanguardia del sector. Podemos ofrecer nuestra ventajosa posición geográfica y la excelente conectividad con todas las capitales latinoamericanas y varias europeas y norteamericanas. Adicionalmente, el próximo año se celebrará en nuestra capital el Congreso Centroamericano, que consideramos será muy atractivo para la región y una ventana de nuestro país.

 

UN PANORAMA ECONÓMICO LLENO DE RIESGOS

¿Cómo visualiza a grandes rasgos el mercado asegurador latinoamericano para 2017/2018? ¿Qué tipos de negocio y de productos aseguradores estiman conocerán mejor desarrollo este año en la región?  

En realidad es muy difícil agrupar a los mercados latinoamericanos y asignarles rasgos similares, por más que tengamos rasgos culturales y geográficos compartidos y una herencia generalmente común. Hay países que son grandes exportadores de materia prima, cuyos mercados seguirán estando afectados por un mercado de materias primas que se ha visto deprimido recientemente y, a menos que la demanda repunte, es de esperar que sus economías sigan creciendo a ritmos bajos, lo que a su vez debe incidir en bajas tasas de crecimiento en la demanda agregada por seguros. Hablamos de países que son exportadores de petróleo, cobre, hierro, y otros minerales, así como también productos agrícolas.

Por otro lado, hay países que son más dependientes de manufactura, sector que podría verse afectado por los vientos proteccionistas que amenazan el comercio global.

Y estamos los países orientados al servicio, que también nos hemos visto afectados por la economía mundial. Así que los retos son variados y habrá que irlos afrontando en función de las particularidades de cada mercado con productos apropiados para cada uno.

Los casos de corrupción, por su parte, han tenido un impacto negativo en la confianza de los inversionistas al sacudir las bases políticas de los respectivos gobiernos afectados.

Por último, este año, y especialmente el mes de septiembre, mostró con vehemencia el impacto destructivo que tienen las catástrofes naturales, sean terremotos, huracanes, inundaciones, deslaves, erupciones y otros. El daño económico directo ha sido devastador, además del daño a diversas actividades, como el turismo y la agricultura, actividades que son pilares de las economías de muchos países en la región.

De modo que tenemos, a grandes rasgos, una región con un panorama económico lleno de retos, que a su vez sentirá los efectos del previsible endurecimiento de precios y condiciones del mercado reasegurador, lo que obligará a su vez a las aseguradoras directas a aumentar costos de seguro, y si buscan mantener nivel o crecer, tendrán que redoblar sus inversiones y esfuerzos para conservar clientes y ganar nuevos asegurados dónde no los había antes.



MUCHO TRABAJO: TÉCNICO Y POLÍTICO

En líneas generales, ¿cuáles son los principales desafíos a los que se enfrenta la industria en la región? ¿Y los retos de futuro?

Convertir a nuestros respectivos gobiernos, comenzando por los entes supervisores o reguladores, en aliados de la industria y promotores de su crecimiento. Frecuentemente los gobiernos se conducen con una actitud intervencionista, alimentada por la equivocada percepción de que las aseguradoras son antagónicas al interés del consumidor; nada más alejado de la realidad.

El mejor ejemplo del enorme impacto positivo de la actividad aseguradora, lo podemos ver en nuestra propia región, acostumbrada a sufrir los estragos de las catástrofes naturales, año tras año. Cada vez que hay un terremoto, o un huracán, es evidente el valor de los seguros, pero tristemente también es evidente la carencia de un seguro para la vasta mayoría de los afectados, sobre todo los más humildes, y hasta el propio Estado.

Los gobiernos deberían actuar a favor de la premisa de que al Estado, a la sociedad, le conviene que la mayoría de la población esté asegurada, de modo que cuando las catástrofes ocurran no se vean obligados a endeudarse más, o desviar partidas presupuestarias previstas para hacer frente a inversiones o a otras necesidades, para socorrer a los damnificados. Es evidente que el Estado también debería comprender que es necesario y conveniente para sus fines asegurar la infraestructura pública, como carreteras, puentes, represas, tendido eléctrico, plantas eléctricas y potabilizadoras.

Sentimos que hay un trabajo que hacer, tanto técnico como político, para plantear a los diferentes países, que los gobiernos, y los reguladores, deben promover el aseguramiento masivo, tanto del propio Estado, como de su gente.  También hay que convencerlos de la importancia de proteger a los mercados contra el ejercicio ilegal de la actividad, de modo que se proteja la masa crítica necesaria para una industria solida; y, finalmente, que dejen de tratar al sector, a la industria de seguros, como fuente de dinero fácil, por medio de requerimientos de tributación excesiva o inversiones forzosas.

Todo esto se puede lograr sin sacrificar los altos estándares de regulación y supervisión que deben ser meta común de todos nuestros países, lo que, por el contrario, debería verse favorecido con mercados crecientes, pero es de suma importancia que el sentido común prevalezca en la supervisión y no ahoguen el sano desarrollo del sector.